Frustrarse es algo en este momento muy común en esta sociedad. No es extraño que esto suceda. Solo se ven ejemplos que confunden y adoctrinan con mensajes que no son reales: Hable inglés en tres meses, cocine esta rica paella en 8 minutos.
Se va a la tienda y se compra ese maravilloso método que hará que se hable en 3 meses la lengua anglosajona. Cual es la frustración pues después de tres meses sólo se saben unas cuantas palabras y no se entiende nada de lo que dicen. A la hora de la comida se va a preparar una paella de la forma tradicional y a los 15 minutos ya se quiere que esté lista, cuando se tarda una hora y pico en hacerse, la congelada en 8 minutos está lista para comer.
Se siente mucho nerviosismo en ciertas personas cuando no se sirve la comida en el restaurante en 5 minutos, pues debido a la influencia de la comida rápida, ya no se espera tranquilamente.
Si una carta tarda una semana ya no es aceptable, pues el correo electrónico tarda solo unos segundos.
Si la sopa no se hace en 5 minutos, empieza la impaciencia, pues en 5 minutos se hace con la nueva olla.
La sociedad está llena de mensajes que fomentan que el nivel de tolerancia hacia la frustración sea cada día menor. El nivel de tolerancia en l@s niñ@s cada día es menor al estar expuestos a ejemplos que solo fomentan la inmediatez. Consiguen las cosas muy rápidamente, sin esfuerzo y sin disfrutar del proceso de conseguirlo. Al ver que las cosas se consiguen tan rápidamente y sin esfuerzo, no entienden que haya que invertir muchos años en aprender una profesión. Les parece algo ilógico. Los mensajes son contradictorios.
La innovación tecnológica nos trae muchos adelantos que hacen que valores como la tolerancia y la paciencia desaparezcan y haya mucha frustración.
Existen preciosos ejemplos que si hubiera habido frustración por no hacerse en poco tiempo no existirían.
Ah, se me olvidaba, la casa donde vivís es uno de esos ejemplos.
Un Saludo con Amor
José Manuel Piedrafita Moreno